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Muestra Excéntrico: Dejemos atrás las aprensiones morales y apreciemos el cine sexual en su discurso visual crítico.

En la historia mundial existen expresiones eróticas-sexuales en todas las artes, tanto literarias como visuales. Tristemente, la idea que nació en la Edad Media de encasillar el deseo sexual en La Lujuria y nombrarlo Pecado Capital, es algo que no hemos podido eliminar por completo de la base estructural de nuestras sociedades. Se nos enseña desde pequeñxs que las palabras pudor, recato, reserva, sobriedad, seriedad son cualidades dignas de ser mostradas públicamente y son las que nos sostienen en un ambiente moralmente aceptado. Todo lo que dista de estos conceptos se torna obsceno y lejos de lo correcto, lo que deseamos abiertamente como seres “de bien”.

Existe una línea divisoria entre lo moralmente aceptado y lo clandestino que se va moviendo según cuáles sean las convenciones culturales y religiosas presentes; pero hay un indicador común: todo lo que está relacionado con el deseo sexual, con lo genital o con otras expresiones de lo sexual explícito está destinado a las sombras de lo escondido y lo prohibido. Bienvenidos, entonces, al universo de la pornografía: todo material que, a través de la descripción explícita tanto de cuerpos, como de actos sexuales, genera excitación. Pero ¿podemos limitar lo pornográfico a esta definición?

Una podría pensar que en este universo cabe todo lo pensado y lo impensado por el ser humano, especialmente desde que la industria cinematográfica ha hecho del porno un negocio redondo, pero no. La pornografía no ha sido tan abierta como quisiéramos. ¿Por qué? Es simple: la producción pornográfica también está regida según la norma social, lo que hace que su evolución hasta nuestros días esté marcada y amparada, incluso aún cuando ha crecido bajo tierra, por una sociedad doble estándar y heteropatriarcal, que, mientras juzga y condena el deseo sexual de una persona, normaliza la cosificación de un cuerpo en particular -el femenino- y genera material pensado para el goce de un sólo tipo de individuo -el hombre heterosexual-, perpetuando la idea de que “el sexo débil” no desea otra cosa más que satisfacer las fantasías falocéntricas de sus protagonistas.

Por suerte para todo el mundo, la sociedad es un ente vivo y está cambiando. Y con ella, cambia el porno también. Por ejemplo, complicando la lectura falocentrica desde el deseo homoerotico o desde la incursión feminista en la producción pornográfica, pero también desde apropiaciones al margen del binario heterosexual, ampliando el espectro de las formas de representación del sexo en el cine. Esta transformación del porno está asociado al cine independiente e involucra también la idea de cine-ensayo; donde la escena sexual busca establecer un discurso crítico y no puramente excitar, así como también contar algo más que el acto en sí mismo, e incluso transformarse (de verdad) en material educativo para la libertad sexual, cubriendo simultáneamente lo político y lo placentero.

 La Muestra.

“Excéntrico: Muestra Internacional de pornografías críticas” se sitúa en este espectro del porno contemporáneo. Reúne 35 obras de 13 países distintos en funciones que han sido curadas según una temática particular, que evidencia sus posibilidades discursivas. Estas temáticas son:

Saturaciones Pornográficas: Colores, texturas y transgresiones” En estos tiempos (y a nuestro pesar) aún prevalece la idea de que la mente y el cuerpo son entes separados, y que tanto la filosofía, como la apreciación artística se distancian de lo corpóreo, de lo físico. Esto relega a la imagen explícita del acto sexual a un lugar carente de belleza y de sentido estético abiertamentes reconocidos. Bajo mi punto de vista, esto no puede ser más erróneo. Nosotres, como seres humanos que somos, no podemos separar nuestros pensamientos de nuestros deseos y nuestra capacidad sensorial, por lo que todo eso que nos apetece y nos provoca, también nos gusta y podemos apreciarlo estéticamente, aunque sea de manera inconsciente. Es por esto que, junto con Nicola Ríos, nos hemos propuesto exponer en esta función todo el potencial estético y artístico que poseen estas obras audiovisuales de temática sexual explícita. Una función donde, a través de 7 cortometrajes, exploramos las infinitas maneras en que el placer transita de lo visual a lo capilar, y de lo corporal a lo no-humano, en un degradé que desafía las etiquetas, estructuras, convenciones morales y géneros. Esta función es una propuesta estética que se hila a través del color, las texturas y las formas. Cuerpos en movimiento son leídos en detalle hasta su desmontaje, extraídos de su contexto, sometidos a escenas lisérgicas y puestos en relación con otros elementos. Superficies que devienen entes abstractos que completan una ecuación alquimista y simbólica. 7 películas (como las 7 claves) donde lo que socialmente puede ser leído como inmoral y obsceno es reivindicado como goce sexual, político y estético.

Aprendiendo por los pelos: el potencial educativo del porno Función curada por Lina Bembe, performer y directora porno de origen mexicano, afincada en Berlín. Ha trabajado en diferentes esferas pornográficas, desde el “mainstream” hasta post-porno queer, por lo que ha tenido importante presencia en diferentes festivales europeos de cine erótico y pornográfico. En los últimos años ha trabajado en frente y detrás de cámaras para Sex School, una plataforma web de educación sexual explícita. En 8 cortometrajes, Lina explora la capacidad que tiene la pornografía, a través de sus diversas narrativas, de aportar en una educación sexual que incluyan, desde una perspectiva más amplia, aspectos que hasta el momento jamás han sido tocados en la educación formal, tales como: diversidad, agencia, validación, representación, identidad, prácticas sexuales, discursos políticos,  disidencias, etc. Lejos de las restricciones morales de la sociedad, «simplemente hay que olvidar los prejuicios y estar bien atentes al hecho de que el sexo y la sexualidad son temas tan ignorados como expansivos, de los que se puede aprender continuamente». Ya sea a propósito a través de obras dedicadas a la enseñanza de prácticas sexuales, o no; la representación pornográfica posee una riqueza que la hace capaz de llegar donde la educación sexual oficial no ha podido llegar. Veamos su potencial.

Pornografía de la vulnerabilidad Curada por Érica Sarmet y Andiara Ramos Pereira. Érica Sarmetes es guionista brasileña, directora e investigadora de cine y audiovisual. Curadora en diversos festivales en Europa, es fundadora y curadora de Cineclub Quase Catálogo, dedicado a mujeres en la dirección cinematográfica. Como directora, ha realizado el cortometraje experimental “Latifundio” (2017) y actualmente se encuentra trabajando en su próximo film «Uma paciência selvagem me trouxe até aqui» («Una paciencia salvaje me ha traído hasta aquí»). Por su parte, Andiara Ramos Pereira (Dee Dee) es activista, investigadora y creadora de contenido para TV, cine e internet. Participó de colectivos autónomos, como la colectiva feminista Maria Bonita RJ. Responsable de la organización de una serie de eventos de pospornografía en Rio de Janeiro. En audiovisual, ha trabajado en diversas producciones, destacando realizaciones para Canal Futura, CINEBRASiLTV y ESPN Brasil. Además, ha participado de equipos premiados en New York Film Festival y Promax BDA Latin América, entre otros festivales. En una selección de 10 cortometrajes «conectados por ese sentido de entrega que articula la exposición corporal como práctica política en la pornografía», las curadoras hablan sobre el reconocimiento de la vulnerabilidad de los cuerpos, utilizándola como acto de resistencia política. Los protagonistas son sujetos socialmente marginados, pero agentes de su propia voz y deseos a través de la autoexposición, incluso cuando estos deseos están hablando de prácticas como la sumisión, la humillación y otras formas de estar entregado a otro cuerpo.

Además, la función de Inauguración introduce el feminismo transiclusivo y los límites del placer, con 3 películas: Etérea (Gil Inoue y Gabriel Dietrich, 2019) que presentan un videoclip del músico brasileño Criolo, donde hacen converger a 8 performers de diferentes colectivos de Sao Paulo, visibilizando subjetividades que resisten a la violencia hacia las disidencias sexuales en Brasil; el cortometraje «Físting Club EP1 (Shu Lea Chang, 2019), en la que realiza una parodia de El Club de la Pelea (1999), donde conocides sex performers se reúnen para la creación de un renovado fisting-punk-queer; y el largometraje W/hole (Mahx Capacity, 2019), producido por AORTA films y A.O. Movement Collective, una coreografía pornográfica feminista, anti-opresiva y transinclusiva, donde el trauma se transforma en orgasmo y el dolor en un goce corporeizado, transformador y políticamente radical.

La función de Clausura relaciona dos obras audiovisuales a través del agua como concepto estructural, una de manera poética y la otra ecológica. Comienza con el cortometraje Take me like the Sea (Alemania, 2017), una experimentación disidente y coral que evoluciona hacia una orquesta pornográfica guiada por la música clásica. Y finaliza con el largometraje Water Makes us Wet (EE.UU., 2019), en que Beth Stephens, Annie Sprinkle y el perro Butch exploran los placeres y políticas del H2O desde una perspectiva ecosexual, donde la metáfora de la “madre tierra” cambia hacia la “tierra amante”, creando una relación más recíproca y empática con el mundo natural.

La muestra tendrá su inauguración este 23 de Enero en Valparaíso, en la Sala Insomnia (ex-teatro Condell) y se presentará en Santiago en Sala K a fines de este mes.

Si quieren profundizar en el contenido de cada función, podrán encontrar mini-reseñas (en construcción) de estas en los siguientes links . Enjoy!