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Hay algo ahí en estas películas. Son realmente buenas, de esas que se disfrutan y sabes que no es tiempo perdido al verlas. Esta vez ha sido difícil separar las buenas de las joyas, porque el nivel ha estado parejo… pero hay que hilar fino:

After midnight (Jeremy Gardner, Christian Stella):

Un hombre que vive en un recóndito lugar del campo norteamericano está desesperado porque su novia desaparece y tiene una extraña visita cada noche desde su desaparición. Un argumento simple, divertido en la manera que es contado, ligero y abierto a cualquier posibilidad de desenlace, lo que hace que esta película sea intrigante y divertida…

 

Protagonizada por el mismo Jeremy Gardner, no diré mucho más, salvo que sus últimos 10 minutos son una gozada y la levanta a categoría de “vale la pena”.

 

Pelican Blood (Katrin Gebbe, 2019):

 

Esta película, al parecer, no tiene nada de extraordinario, pero es una reflexión redonda de lo que se es capaz de hacer para proteger a quien has elegido cuidar. Un relato desesperado de una madre adoptiva que decide adoptar nuevamente a una segunda hija ucraniana, quien resulta ser un peligro tanto para ella, como para la familia que ha armado hasta su llegada

 

Si hay algo que me ha gustado de esta película, es la inclusión de lo fantástico de una manera muy sutil y fina; lo que hace que se entienda como una opción lógica de desenlace. Muy bien actuada, la madre (Nina Hoss) que desarrolla sutilmente el horror y la desesperación,  como hija, una niña que asombra (y asusta) con su capacidad de expresarlo todo con su mirada.

 

Vivarium (Lorcan Finnegan, 2019):

 

Con una estética muy lograda, esta película nos cuenta la frenética búsqueda de una salida de una pareja que ha quedado atrapada en una casa piloto de un suburbio típico, que se puede encontrar en cualquier parte del mundo. Como un invernadero extraterrestre, este lugar es la copia exacta e insípida de lo que se reconoce como “normal”, identificado como lo común, genérico y masivo; todo eso que construye la imagen actual de un lugar perfecto para vivir: una comunidad de casas idénticas, con decoración genérica y comida envasada sin sabor alguno, que se ve apetitosa pero que asquea al comerla. También la idea de familia modelo y la masificación. Es, en el fondo, una especie de parodia teñida de humor negrísimo sobre lo que es el ideal de sociedad actual (digamos neoliberal), donde hasta las nubes y el horizonte es el de Windows XP.

 

Por otro lado, la propuesta estética logra visualizar cómo podría ser una especie de insectario multidimensional, donde se tienen de huéspedes a seres humanos. Podríamos decir que nos está mostrando cómo sería la vida si fuéramos animales en cautiverio de un zoológico. Así de directo y cruel.

Finalmente, es una buena propuesta si te gustan las películas raritas. Si no, te aburrirás, porque esta es otra de las pelis que están aquí no solo para divertir, sino que para introducir un discurso social actual; porque hay aquí algo interesante que contar.  

Corporate Animals (Patrick Brice, 2019):

 

Esta sí que es una película cuyo fin es entretener, y logra su cometido. Clásico formato de comedia negra norteamericana, protagonizada por una Demi Moore que brilla en un papel insoportable, es una película que te saca risas en medio de una tragedia: un paseo de empresa modo motivacional resulta un desastre desde el principio y termina con el equipo atrapado en una cueva ancestral, producto de un derrumbe. Todo lo que pasa de ahí en adelante es el intento de sobrevivir al desastre, sin recursos y con personas que, por supuesto, sacarán lo peor de sí. Liviana, divertida e ideal para el sofá.

 

 

Las Joyas

Las joyas son esas que sabes que darán de qué hablar y que te conmueven. Mis favoritas de esta versión.

Las Algo Hay Ahí.

Venga, que no pueden ser todas joyas, pero éstas valen la pena, y mucho:

Las WTF

Son esas pelis en las que al acabarlas, piensas: ¿qué es lo que acabo de ver?